9 de abril. Domingo de Pascua. Jn 20, 1-9
Oracion
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén.
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. 2 Fue corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús amaba y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.» 3 Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. 4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. 5 Como se inclinara, vio los lienzos caídos, pero no entró. 6 Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos caídos. 7 El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar. 8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero, vio y creyó. 9 Pues no habían entendido todavía la Escritura: ¡él “debía” resucitar de entre los muertos!
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• Cuál es el día de la semana en el que trascurren los hechos?
• ¿Quién es la primera persona en dirigirse al sepulcro? ¿En qué momento lo hace?
• ¿Con qué se encuentra al llegar?
• ¿Hacia quién se dirigió María Magdalena? ¿Qué les dijo?
• ¿Cuáles de los discípulos llega primero al sepulcro? ¿Qué encontraron allí dentro?
• ¿Qué ocurrió con Juan cuando ingreso al sepulcro?
¿Qué sentimos los seguidores de Jesús cuando nos atrevemos a creer de verdad que Dios ha resucitado a Jesús? ¿Qué vivimos mientras seguimos caminando tras sus pasos? ¿Cómo nos comunicamos con él cuando lo experimentamos lleno de vida?
Jesús resucitado, tenías razón. Es verdad cuanto nos has dicho de Dios. Ahora sabemos que es un Padre fiel, digno de toda confianza. Un Dios que nos ama más allá de la muerte. Le seguiremos llamando "Padre" con más fe que nunca, como tú nos enseñaste. Sabemos que no nos defraudará.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora sabemos que Dios es amigo de la vida. Ahora empezamos a entender mejor tu pasión por una vida más sana, justa y dichosa para todos. Ahora comprendemos por qué anteponías la salud de los enfermos a cualquier norma o tradición religiosa. Siguiendo tus pasos, viviremos curando la vida y aliviando el sufrimiento. Pondremos siempre la religión al servicio de las personas.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora sabemos que Dios hace justicia a las víctimas inocentes: hace triunfar la vida sobre la muerte, el bien sobre el mal, la verdad sobre la mentira, el amor sobre el odio. Seguiremos luchando contra el mal, la mentira y el odio. Buscaremos siempre el reino de ese Dios y su justicia. Sabemos que es lo primero que el Padre quiere de nosotros.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora sabemos que Dios se identifica con los crucificados, nunca con los verdugos. Empezamos a entender por qué estabas siempre con los dolientes y por qué defendías tanto a los pobres, los hambrientos y despreciados. Defenderemos a los más débiles y vulnerables, a los maltratados por la sociedad y olvidados por la religión. En adelante, escucharemos mejor tu llamada a ser compasivos como el Padre del cielo.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora empezamos a entender un poco tus palabras más duras y extrañas. Comenzamos a intuir que el que pierda su vida por ti y por tu Evangelio, la va a salvar. Ahora comprendemos por qué nos invitas a seguirte hasta el final cargando cada día con la cruz. Seguiremos sufriendo un poco por ti y por tu Evangelio, pero muy pronto compartiremos contigo el abrazo del Padre.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora estás vivo para siempre y te haces presente en medio de nosotros cuando nos reunimos dos o tres en tu nombre.
3. RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• ¿Siento la alegría que nace del resucitado? ¿Cuál es la diferencia entre la alegría que viene de Dios, y la que “supuestamente” nos da el mundo?
• ¿Qué imagen tengo de Jesús? ¿Me quedo con un Jesús muerto, o con un Jesús glorioso y resucitado?
• ¿Vivo esta Fe pascual abierto a compartirla con los demás?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
• ¿A qué me comprometo para demostrar el cambio?
6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Señor resucitado, que sienta la paz que me muestras,
Que no se cierren mis “puertas” por el miedo,
Que me aferre al Espíritu que me regalas,
Para vivir intensamente el compromiso de sentirme enviado…
Señor mío y Dios mío, perdona mis debilidades, mis dudas, mis temores…
Porque aun siendo a veces como Tomás, deseo buscarte, estar contigo…
Porque aunque me encierre en mis silencios o en mis ruidos, en mis comodidades o en mis ocupaciones…¡Amén!