18 de mayo. V Domingo de Pascua. Jn 13,31-33ª 34-35
Oración
Te damos gracias, Señor, porque tu Palabra ha dado a luz a nuestras palabras. Pero al oír en la comunidad tu Palabra, al oír tu viva voz
que nos pedía respuesta, hemos tenido que hablar, por obediencia,
y nos han salido palabras no oídas, desconocidas en nuestro ambiente,
ignoradas también en nuestro interior.
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
Cuando Judas salió, Jesús dijo: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. 32 Por lo tanto, Dios lo va a introducir en su propia Gloria, y lo glorificará muy pronto.
33 Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo.
34 Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado. 35 En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros.»
• Leer la palabra o frase me que te ha llamado la atención
• Por qué esta palabra o frase me llama la atención.
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• ¿Cuál es la medida del amor entre cristianos?
• ¿En que se deben distinguir los cristianos de los demás?
NO PERDER LA IDENTIDAD
José Antonio Pagola
Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?
Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.
Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad.
Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la "cultura del intercambio". Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que "el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea". La gente capaz de amar es una excepción.
Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros.
Si la Iglesia "se está diluyendo" en medio de la sociedad contemporánea no es sólo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.
Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano.
3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• ¿Existe una diferencia entre cristianos de verdad y personas buenas?
• ¿Le damos más importancia a los distintivos exteriores que al servicio mutuo?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
• ¿Qué compromiso concreto nos exige este nuevo mandamiento del amor de Jesús?
6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Haz, Señor , instrumentos dóciles de tu Palabra. Donde haya oscuridad, pongamos la luz de tu Palabra. Donde haya discordia, sembremos el amor de tu Palabra. Donde haya envidia, aportemos el perdón de tu Palabra. Donde haya egoísmo,
celebremos la generosidad de tu Palabra. Donde haya desunión, plantemos la fraternidad de tu Palabra. Donde haya cobardía, llevemos la fortaleza de tu Palabra. Donde haya desilusión, renazcamos la esperanza de tu Palabra. Amén.