sábado, 22 de noviembre de 2025

Kerigma de noviembre del 2025

 23 de Noviembre. Jesucristo, Rey del Universo.   Lc 23, 35-43

Oración

Señor Jesús, envía tu Espíritu Santo para ayudarnos a comprender tu Palabra. Ilumina nuestras inteligencias y comunícanos la fuerza necesaria para seguir lo que Tu Palabra nos va a revelar. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar sino también poner en práctica la Palabra. AMÉN.

 

1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar

 

35 El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: «Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!». 36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre, 37 le decían: «Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!». 38 Sobre su cabeza había una inscripción: «Este es el rey de los judíos». 39 Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». 40 Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? 41 Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo». 42 Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino». 43 Él le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».

Leer la palabra o frase   que te  ha llamado la atención

Por qué esta palabra o frase me llama la atención.

2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO

¿Qué hacía la gente que estaba presente durante la crucifixión?

¿Qué hacían  y decían las autoridades? 

¿Qué hacían y decían los soldados?

¿Qué hacía y decía a Jesús uno de los criminales crucificados con Él? 

 

  CARGAR CON LA CRUZ

  José Antonio Pagola

 

 El relato de la crucifixión, proclamado en la fiesta de Cristo Rey, nos recuerda a los seguidores de Jesús que su reino no es un reino de gloria y de poder, sino de servicio, amor y entrega total para rescatar al ser humano del mal, el pecado y la muerte.

Habituados a proclamar la "victoria de la Cruz", corremos el riesgo de olvidar que el Crucificado nada tiene que ver con un falso triunfalismo que vacía de contenido el gesto más sublime de servicio humilde de Dios hacia sus criaturas. La Cruz no es una especie de trofeo que mostramos a otros con orgullo, sino el símbolo del Amor crucificado de Dios que nos invita a seguir su ejemplo.

Cantamos, adoramos y besamos la Cruz de Cristo porque en lo más hondo de nuestro ser sentimos la necesidad de dar gracias a Dios por su amor insondable, pero sin olvidar que lo primero que nos pide Jesús de manera insistente no es besar la Cruz sino cargar con ella. Y esto consiste sencillamente en seguir sus pasos de manera responsable y comprometida, sabiendo que ese camino nos llevará tarde o temprano a compartir su destino doloroso.

No nos está permitido acercarnos al misterio de la Cruz de manera pasiva, sin intención alguna de cargar con ella. Por eso, hemos de cuidar mucho ciertas celebraciones que pueden crear en torno a la Cruz una atmósfera atractiva pero peligrosa, si nos distraen del seguimiento fiel al Crucificado haciéndonos vivir la ilusión de un cristianismo sin Cruz. Es precisamente al besar la Cruz cuando hemos de escuchar la llamada de Jesús: «Si alguno viene detrás de mí... que cargue con su cruz y me siga».

Para los seguidores de Jesús, reivindicar la Cruz es acercarse servicialmente a los crucificados; introducir justicia donde se abusa de los indefensos; reclamar compasión donde sólo hay indiferencia ante los que sufren. Esto nos traerá conflictos, rechazo y sufrimiento. Será nuestra manera humilde de cargar con la Cruz de Cristo.

El teólogo católico Johann Baptist Metz viene insistiendo en el peligro de que la imagen del Crucificado nos esté ocultando el rostro de quienes viven hoy crucificados. En el cristianismo de los países del bienestar está ocurriendo, según él, un fenómeno muy grave: "La Cruz ya no intranquiliza a nadie, no tiene ningún aguijón; ha perdido la tensión del seguimiento a Jesús, no llama a ninguna responsabilidad, sino que descarga de ella".

3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA

¿Somos fieles al nuevo modelo de relaciones entre las personas que nos presenta Jesús, o bien seguimos el modelo autoritario, represivo, impositivo y excluyente?

¿Qué nos falta para servir y no dominar?


4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.


 



5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?


6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro. 

Dios Padre Nuestro, cuyo Hijo se encarnó en nuestro linaje humano despojándose de sus títulos de gloria y pasando por "uno de tantos", enséñanos a caminar tras sus huellas, poniendo nuestro corazón sinceramente en la verdadera gloria: dar nuestra vida humildemente en el amor y el servicio del Reino de Dios.  AMÉN.