9 de Julio. Domingo 14 del T.O. Mt 11, 25-30
Oración
Espíritu Santo ven a estos momentos donde nos disponemos de corazón y mente para escuchar el mensaje de Dios y ponerlo en acción en nuestra vida. Amén
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
En aquella ocasión Jesús exclamó: «Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. 26 Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. 27 Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer. 28 Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. 29 Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. 30 Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.»
• Leer la palabra o frase que te ha llamado la atención
• Por qué esta palabra o frase me llama la atención.
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• ¿Cuáles son los motivos que empujan a Jesús a dar alabanza a Dios?
• ¿A quiénes ha revelado Dios los secretos del Reino? ¿A quiénes los ha mantenido ocultos?
• ¿Qué tipo de relación existe entre Jesús y el Padre? ¿Quién da a conocer al Padre Dios?
• ¿Qué invitación hace Jesús a los que están afligidos y agobiados? ¿Qué les promete?
• ¿Cómo se describe Jesús a si mismo?
• ¿Qué características tienen el yugo y la carga de Jesús?
TRES LLAMADAS DE JESÚS
José Antonio Pagola
El evangelio de Mateo ha recogido tres llamadas de Jesús que hemos de escuchar con atención sus seguidores, pues pueden transformar el clima de desaliento, cansancio y aburrimiento que a veces se respira en algunos sectores de nuestras comunidades.
“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados. Yo os aliviaré”. Es la primera llamada. Está dirigida a todos los que viven su religión como una carga pesada. No son pocos los cristianos que viven agobiados por su conciencia. No son grandes pecadores. Sencillamente, han sido educados para tener siempre presente su pecado y no conocen la alegría del perdón continuo de Dios. Si se encuentran con Jesús, se sentirán aliviados.
Hay también cristianos cansados de vivir su religión como una tradición gastada. Si se encuentran con Jesús, aprenderán a vivir a gusto con Dios. Descubrirán una alegría interior que hoy no conocen. Seguirán a Jesús, no por obligación sino por atracción.
“Cargad con mi yugo porque es llevadero y mi carga ligera”. Es la segunda llamada. Jesús no agobia a nadie. Al contrario, libera lo mejor que hay en nosotros pues nos propone vivir haciendo la vida más humana, digna y sana. No es fácil encontrar un modo más apasionante de vivir.
Jesús libera de miedos y presiones, no los introduce; hace crecer nuestra libertad, no nuestras servidumbres; despierta en nosotros la confianza, nunca la tristeza; nos atrae hacia el amor, no hacia las leyes y preceptos. Nos invita a vivir haciendo el bien.
“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso”.
Es la tercera llamada. Hemos de aprender de Jesús a vivir como él. Jesús no complica nuestra vida. La hace más clara y más sencilla, más humilde y más sana. Ofrece descanso. No propone nunca a sus seguidores algo que él no haya vivido. Nos invita a seguirlo por el mismo camino que él ha recorrido. Por eso puede entender nuestras dificultades y nuestros esfuerzos, puede perdonar nuestras torpezas y errores, animándonos siempre a levantarnos.
Hemos de centrar nuestros esfuerzos en promover un contacto más vital con Jesús en tantos hombres y mujeres necesitados de aliento, descanso y paz. Me entristece ver que es precisamente su modo de entender y de vivir la religión lo que conduce a no pocos, casi inevitablemente, a no conocer la experiencia de confiar en Jesús. Pienso en tantas personas que, dentro y fuera de la Iglesia, viven “perdidos”, sin saber a qué puerta llamar. Sé que Jesús podría ser para ellos la gran noticia.
3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• En nuestros días: ¿Cuál es el yugo y la carga que más pesa sobre el pueblo?
• ¿Es nuestra comunidad un lugar de acogida y aliento para los afligidos y agobiados?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?
Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Te bendecimos, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido grandes cosas a los sabios y prudentes, y se las has revelado a los sencillos. Te pedimos que también a nosotros(as) nos des un corazón de pobre, un amor a la Causa de los pobres, y el desprendimiento necesario para no dejarnos atar por los intereses egoístas, de forma que siempre sepamos captar el sentido de "estas cosas" que revelas a los sencillos. AMÉN.