17 de Noviembre. Domingo 33 del Tiempo Ordinario. Mc 13, 24-32
Oración
Una persona de la comunidad puede hacer una invocación al Espíritu Santo orando por cada persona que está ahí, pidiendo su luz y su inspiración para tener apertura y docilidad a su Palabra. AMÉN.
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
Después de esa angustia llegarán otros días; entonces el sol dejará de alumbrar, la luna perderá su brillo, 25 las estrellas caerán del cielo y el universo entero se conmoverá. 26 Y verán venir al Hijo del Hombre en medio de las nubes con gran poder y gloria. 27 Enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. 28 Aprendan de este ejemplo de la higuera: cuando las ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. 29 Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que todo se acerca, que ya está a las puertas. 30 En verdad les digo que no pasará esta generación sin que ocurra todo eso. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 32 Por lo que se refiere a ese Día y cuándo vendrá, no lo sabe nadie, ni los ángeles en el Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre.
• Leer la palabra o frase que te ha llamado la atención
• Por qué esta palabra o frase me llama la atención.
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• ¿Qué dice Jesús que acontecerá cuando venga el «hijo del hombre»?
• Jesús usa la comparación de la higuera: ¿Qué enseña esta comparación?
• ¿Qué dice Jesús «en cuanto al día y la hora»?
NADIE SABE EL DÍA
José Antonio Pagola
El mejor conocimiento del lenguaje apocalíptico, construido de imágenes y recursos simbólicos para hablar del fin del mundo, nos permite hoy escuchar el mensaje esperanzador de Jesús, sin caer en la tentación de sembrar angustia y terror en las conciencias.
Un día la historia apasionante del ser humano sobre la tierra llegará a su final. Esta es la convicción firme de Jesús. Esta es también la previsión de la ciencia actual. El mundo no es eterno. Esta vida terminará. ¿Qué va a ser de nuestras luchas y trabajos, de nuestros esfuerzos y aspiraciones.
Jesús habla con sobriedad. No quiere alimentar ninguna curiosidad morbosa. Corta de raíz cualquier intento de especular con cálculos, fechas o plazos. "Nadie sabe el día o la hora..., sólo el Padre". Nada de psicosis ante el final. El mundo está en buenas manos. No caminamos hacia el caos. Podemos confiar en Dios, nuestro Creador y Padre.
Desde esta confianza total, Jesús expone su esperanza: la creación actual terminará, pero será para dejar paso a una nueva creación, que tendrá por centro a Cristo resucitado. ¿Es posible creer algo tan grandioso? ¿Podemos hablar así antes de que nada haya ocurrido?
Jesús recurre a imágenes que todos pueden entender. Un día el sol y la luna que hoy iluminan la tierra y hacen posible la vida, se apagarán. El mundo quedará a oscuras. ¿Se apagará también la historia de la Humanidad? ¿Terminarán así nuestras esperanzas?
Según la versión de Marcos, en medio de esa noche se podrá ver al "Hijo del Hombre", es decir, a Cristo resucitado que vendrá "con gran poder y gloria". Su luz salvadora lo iluminará todo. Él será el centro de un mundo nuevo, el principio de una humanidad renovada para siempre.
3. RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• ¿Cuáles son algunos signos de los tiempos en nuestros días?
• ¿Cuál es nuestro compromiso real y concreto para la transformación de la realidad?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
• ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad en nuestra vida?
“.Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Tus palabras, Jesús, Señor de la Vida, no pasarán jamás. Danos Señor, hambre y sed de tus palabras. Hazlas llegar a nuestro corazón. Hazlas vida y construcción del mundo nuevo a través de nuestras manos. Queremos mostrar con la vida, el ejemplo y el testimonio, que nuestra vida cambia y se hace más fraterna y solidaria al escuchar y vivir tus enseñanzas. Tus palabras no pasarán Señor, ¡las mantendremos vivas en la lucha por el Reino! AMÉN.