28 de Agosto. XXII del Tiempo Ordinario. Lc 14, 1.7-14
Oración
Señor, todos tenemos una sed insaciable de escucharte, y tú lo sabes, porque tú nos has creado así. «Tú sólo tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68). Creemos en estas palabras, de estas palabras tenemos hambre y sed; por estas palabras, con humildad y amor, comprometemos toda nuestra fidelidad. «Habla, Señor, que tu siervo te escucha» (1 Sam 3,9).