martes, 5 de noviembre de 2019

Bautizados y enviados

Bautizados y enviados.
La fe se fortalece en Potosí,  transmitiéndola.
P. Marco A. Abascal Valda



Todos los años, la Iglesia celebra el mes de octubre como  el mes misionero, dedicado especialmente a despertar el compromiso  misionero de la comunidad cristiana.   El Papa Francisco, ha convocado a la Iglesia a celebrar de manera especial el mes de octubre de 2019, como un Mes Misionero Extraordinario. Motiva esta celebración el hecho de que el 30 de noviembre de 2019, se cumple el centenario de la promulgación de la Carta apostólica ‘Maximum illud’, con la que Benedicto XV quiso dar un nuevo impulso al compromiso misionero de anunciar el Evangelio.

En la zona pastoral de la ciudad esta misión extraordinaria la iniciamos en octubre, la profundizamos en noviembre. La  intención es que la misión extraordinaria lleve a conformar Centros Misionales en varios lugares de los barrios periurbanos de nuestra ciudad y que estén respaldados por iglesias domesticas que se reúnan en las casas y familias para leer y meditar la Palabra de Dios.  Entonces ser una iglesia en salida durara un buen espacio de tiempo.

Quisiera decir algunas palabras sobre la actitud de los misioneros, cuando visiten a las familias, a los barrios, a los niños, jóvenes, adultos.  El texto bíblico que nos puede ayudar  es el relato de los discípulos  de Emaús (Lc 24, 13-35).

1)     Jesús se acerca: Jesús siempre se hace próximo, no antepone quien es, sino que se acerca a la realidad del otro, en sus angustias, en sus alegrías, no invade, sino que hace uno con ellos al hacer camino juntos. Nosotros vamos a acercarnos  a las familias, es decir iremos al encuentro para escuchar,   el paso de Dios en la vida de las familias de nuestros barrios.  No se trata de llevar a Dios, Dios ya está en los familias y en los barrios, hay que ayudar a descubrir su presencia.

2)     Jesús se puso a caminar con ellos: No importa cuanto sea el tramo a caminar, pero en este tramo les dedica tiempo, esfuerzo. Comparte su vida, se compenetra con su realidad, va a su lado, no adelante, ni señalando, sino compartiendo. Nuestra salida es   contemplativa, vamos a mirar los rostros de las personas, qué expresan, qué hacen, qué los une y qué los separa. Sera un caminar que se traduce en cercanía, la misión no tolera la distancia, más bien la fe nos quiere   hacer  ver para servir y amar.

3)     Jesús les pregunta sobre su realidad: Se dispone a escuchar lo que le pasa a los otros. No se anticipa, ni supone, escucha con atención, deja que le abran su corazón. Nuestra salida nos llevara a escuchar, caminar  y anunciar la Buena Noticia de Jesús. Con nuestras palabras nos  acercaremos respetuosa y amablemente para preguntarles por sus alegrías, sus esperanzas, las inquietudes por sus seres queridos y tantas cosas que llenan el corazón.

4)     Jesús pregunta dos veces: No siempre es fácil que el otro abra el corazón, Jesús lo sabe, sabe de las desconfianzas, e inseguridades. Hay que dar tiempo, nuevas oportunidades, no apurarse, acompañar los ritmos del otro.  Sólo después, habrá tiempo para compartir la Palabra, recordar las Escrituras y partir el pan como un gesto sencillo y cercano de quien se da todo a todos y suscita la necesidad de más. Para este momento nos ayudara  el Tríptico de la misión permanente que está lleno de pasajes bíblicos  que  precisamente son una Buena Noticia.

Acabo la reflexión con la frase de la EVANGELII GAUDIUM 19:  “La evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: « Vayan  y hagan  que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20).