25 de Abril. Domingo 4 de Pascua. Jn 10, 1-10
Oración
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
•¿Con qué comparación comienza Jesús su discurso? ¿Lograron entender lo quería decir?
•¿Quién es la puerta por donde pasan las ovejas? ¿Qué les espera a quienes entran por ella?
•¿Quién es el Buen Pastor? ¿Cuál es la diferencia entre la práctica del Buen Pastor y la práctica de los ladrones?
NUEVA RELACIÓN CON
JESÚS
José Antonio Pagola
En las comunidades cristianas necesitamos vivir una
experiencia nueva de Jesús reavivando nuestra relación con él. Ponerlo
decididamente en el centro de nuestra vida. Pasar de un Jesús confesado de
manera rutinaria a un Jesús acogido vitalmente. El evangelio de Juan hace
algunas sugerencias importantes al hablar de la relación de las ovejas con su
Pastor.
Lo primero es “escuchar su voz” en toda su frescura y
originalidad. No confundirla con el respeto a las tradiciones ni con la novedad
de las modas. No dejarnos distraer ni aturdir por otras voces extrañas que,
aunque se escuchen en el interior de la Iglesia, no comunican su Buena Noticia.
Es importante sentirnos llamados por Jesús “por nuestro
nombre”. Dejarnos atraer por él personalmente. Descubrir poco a poco, y cada
vez con más alegría, que nadie responde como él a nuestras preguntas más
decisivas, nuestros anhelos más profundos y nuestras necesidades últimas.
Es decisivo “seguir“ a Jesús. La fe cristiana no consiste
en creer cosas sobre Jesús, sino en creerle a él: vivir confiando en su
persona. Inspirarnos en su estilo de vida para orientar nuestra propia
existencia con lucidez y responsabilidad.
Es vital caminar teniendo a Jesús “delante de nosotros”. No
hacer el recorrido de nuestra vida en solitario. Experimentar en algún momento,
aunque sea de manera torpe, que es posible vivir la vida desde su raíz: desde
ese Dios que se nos ofrece en Jesús, más humano, más amigo, más cercano y
salvador que todas nuestras teorías.
Esta relación viva con Jesús no nace en nosotros de manera
automática. Se va despertando en nuestro interior de forma frágil y humilde. Al
comienzo, es casi solo un deseo. Por lo general, crece rodeada de dudas, interrogantes
y resistencias. Pero, no sé cómo, llega un momento en el que el contacto con
Jesús empieza a marcar decisivamente nuestra vida.
Estoy convencido de que el futuro de la fe entre nosotros
se está decidiendo, en buena parte, en la conciencia de quienes en estos
momentos nos sentimos cristianos. Ahora mismo, la fe se está reavivando o se va
extinguiendo en nuestras parroquias y comunidades, en el corazón de los
sacerdotes y fieles que las formamos.
La increencia empieza a penetrar en nosotros desde el mismo
momento en que nuestra relación con Jesús pierde fuerza, o queda adormecida por
la rutina, la indiferencia y la despreocupación. Por eso, el Papa Francisco ha
reconocido que “necesitamos crear espacios motivadores y sanadores... lugares
donde regenerar la fe en Jesús”. Hemos de escuchar su llamada.
3. RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
4)
OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Padre bueno y misericordioso, danos la profunda convicción de estar viviendo bajo el cuidado del único y verdadero Pastor, que eres Tú mismo, dentro del único gran rebaño humano, para que trabajemos por que pronto se exprese esa unidad en el diálogo fraterno de todas las religiones. Nosotros te lo pedimos inspirados por Jesús, nuestro hermano mayor.