13 de Junio. Domingo 11 del Tiempo Ordinario. Mc 4, 26-34
Oración
Señor, que nos has sembrado como semillas del reino en el bautismo, te pedimos que nos des fuerzas suficientes para poder fructificar y dar frutos abundantes. Te pedimos que nos envíes el don del Espíritu Santo, que nos ayude a entender tu Palabra, y que esta nos ayude a la propagación de tu Reino entre las personas, principalmente en las personas más alejadas, todo esto te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
Jesús dijo además: «Escuchen esta comparación del Reino de Dios. Un hombre esparce la semilla en la tierra, 27 y ya duerma o esté despierto, sea de noche o de día, la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo. 28 La tierra da fruto por sí misma: primero la hierba, luego la espiga, y por último la espiga se llena de granos. 29 Y cuando el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.» 30 Jesús les dijo también: «¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué comparación lo podríamos expresar? 31 Es semejante a una semilla de mostaza; al sembrarla, es la más pequeña de todas las semillas que se echan en la tierra, 32 pero una vez sembrada, crece y se hace más grande que todas las plantas del huerto y sus ramas se hacen tan grandes que los pájaros del cielo buscan refugio bajo su sombra.» 33 Jesús usaba muchas parábolas como éstas para anunciar la Palabra, adaptándose a la capacidad de la gente. 34 No les decía nada sin usar parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
• Leer la palabra o frase que te ha llamado la atención
• Por qué esta palabra o frase me llama la atención.
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• ¿Con qué comparo Jesús el Reino de Dios?
• ¿De qué manera depende del sembrador el crecimiento de la semilla?
• ¿Qué sucede con la semilla cuando se siembra?
• ¿Qué sucede cuando llega el tiempo de la cosecha?
• ¿Cómo les hablada Jesús a la multitud?
Ésta es la única parábola particular para el Evangelio de san Marcos: "Así es el reino de Dios, como si un hombre siembra semilla en la tierra" (v. 26). Sembrar semilla parece un comienzo poco importante, pero simiente tiene poder, produce plantas cuyas raíces pueden penetrar rocas, plantas que proveen alimento y cubierta a los animales, plantas que hacen posible la vida humana. "Y duerme, y se levanta de noche y de día" (v. 27). El punto aquí es la calidad cotidiana de estas noches y días, la vida de siempre. "Y la simiente brota y crece como él no sabe" (v. 27). Esto parece ocultar el duro trabajo del sembrador, que riega, fertiliza, y arranca malas hierbas entre cada siega y cosecha. Sin embargo, aún si un segador no hiciera más que echar semilla, mucha de la semilla germinaría y brotaría hasta su madurez. El punto de este versículo no es la obra del sembrador, sino la obra de la semilla, que brota a causa de una fuerza misteriosa y que crece tan despacio que no la vemos crecer. Sólo cuando nos alejamos y regresamos después de un día o una semana o un mes, podemos ver su crecimiento y quedamos contentos por ello y nos maravilla. El reino de Dios es como este crecimiento lento pero constante. "Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga" (v. 28). El misterio del brotar de las plantas permanece sin examinar. Sin embargo, aún con técnicas modernas solo podemos, hasta cierto punto, discernir como crecen las plantas por qué crecen. ¿De dónde viene su vida? Podemos explicar las propiedades físicas que causan a la simiente germinar, pero la vida misma sigue siendo un misterio, un misterio que puede conocerse solo a través de la fe. Igual que de suyo fructifica la tierra por un proceso que solo conocemos en parte, así también fructifica Dios el reino por un proceso que permanece, en mayor parte, un misterio. Sin embargo el punto aquí no es el misterio del reino, sino su capacidad de darnos la confianza para depender de él. Tal como podemos confiar que la tierra producirá grandes plantas de pequeñas semillas, así también podemos confiar que Dios traerá un gran reino.
3). RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• ¿Sabemos valorar la fe de los demás, aunque parezca débil y pequeña?
• ¿Sabemos acompañar con cariño y paciencia el crecimiento de nuestros grupos y comunidades?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
• ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?
Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Gracias Señor, por habernos llamados al servicio del Reino, por hacernos miembros de la Iglesia, por hacernos miembros de nuestras comunidades con nuestros hermanos. Por todos los regalos que nos haces, como el amor de nuestras familias, por las relaciones con nuestros hermanos. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor. Perdón Señor, por no haber sido responsables por el llamado que nos has hecho. Por no saber comunicar tu Palabra a mis hermanos. Por no ser coherente con lo que digo y hago. Por eso te pedimos perdón.