sábado, 11 de diciembre de 2021

Kerigma Diciembre

 12  de diciembre.  Domingo  3   del Adviento.    Lc 3, 10-18

Oración

Ven, oh Espíritu Creador. Sé luz para el entendimiento de la Palabra que hoy escucharemos. ¡Ven, Señor Jesús!  AMÉN

1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar


La gente le preguntaba: «¿Qué debemos hacer?» 11 El les contestaba: «El que tenga dos capas, que dé una al que no tiene, y el que tenga de comer, haga lo mismo.» 12 Vinieron también cobradores de impuestos para que Juan los bautizara. Le dijeron: «Maestro, ¿qué tenemos que hacer?» 13 Respondió Juan: «No cobren más de lo establecido.» 14 A su vez, unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?» Juan les contestó: «No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con su sueldo.» 15 El pueblo estaba en la duda, y todos se preguntaban interiormente si Juan no sería el Mesías,  16 por lo que Juan hizo a todos esta declaración: «Yo les bautizo con agua, pero está para llegar uno con más poder que yo, y yo no soy digno de desatar las correas de su sandalia. El los bautizará con el Espíritu Santo y el fuego.  17 Tiene la pala en sus manos para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus graneros, mientras que la paja la quemará en el fuego que no se apaga.» 18 Con estas instrucciones y muchas otras, Juan anunciaba la Buena Nueva al pueblo.


Leer la palabra o frase   que te  ha llamado la atención

Por qué esta palabra o frase me llama la atención.


2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO

 ¿Qué personajes aparecen en el texto?

•  ¿Qué le pregunta a Juan?

• ¿Qué responde Juan a la gente? ¿Qué les dice a los cobradores de impuestos y a los soldados?

• ¿Qué respondió Juan a la gente que preguntaba si él sería el Mesías?


¿QUÉ PODEMOS HACER? 

José Antonio Pagola


La predicación del Bautista sacudió la conciencia de muchos. Aquel profeta del desierto les estaba diciendo en voz alta lo que ellos sentían en su corazón: era necesario cambiar, volver a Dios, prepararse para acoger al Mesías. Algunos se acercaron a él con esta pregunta: ¿Qué podemos hacer?

El Bautista tiene las ideas muy claras. No les propone añadir a su vida nuevas prácticas religiosas. No les pide que se queden en el desierto haciendo penitencia. No les habla de nuevos preceptos. Al Mesías hay que acogerlo mirando atentamente a los necesitados.

No se pierde en teorías sublimes ni en motivaciones profundas. De manera directa, en el más puro estilo profético, lo resume todo en una fórmula genial: "El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, que haga lo mismo". Y nosotros, ¿qué podemos hacer para acoger a Cristo en medio de esta sociedad en crisis?

Podemos estar especialmente atentos a quienes han caído en situaciones graves de exclusión social: desahuciados, privados de la debida atención sanitaria, sin ingresos ni recurso social alguno... Hemos de salir instintivamente en defensa de los que se están hundiendo en la impotencia y la falta de motivación para enfrentarse a su futuro.

Desde las comunidades cristianas podemos desarrollar iniciativas diversas para estar cerca de los casos más sangrantes de desamparo social: conocimiento concreto de situaciones, movilización de personas para no dejar solo a nadie, aportación de recursos materiales, gestión de posibles ayudas...

3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA

 ¿Qué estamos haciendo  para promover la justicia en un mundo con tanta injusticia social?

•  A la luz de este evangelio,   ¿Qué   debemos hacer para responder a los signos de exclusión social?

 4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.

 



5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad? 

Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.

Oh Dios de todos los seres humanos, te pedimos que hagas aflorar en nuestras vidas lo mejor de nuestro propio corazón, para que podamos vivir para los demás, en la solidaridad y la práctica del bien.  Ayúdanos a comunicar a las personas que nos rodean tu ternura, tu mismo amor, del que nos has hecho partícipes. ¡Ven, Señor Jesús! Amen.