sábado, 17 de septiembre de 2022

Kerigma de Septiembre

 18 DE SEPTIEMBRE. Domingo  25 TIEMPO ORDINARIO
Lc  16, 1 - 13

ORACIÓN.

Jesús, envíanos tu Espíritu Santo para comprender tu Palabra, que es fuente de vida. Ella nos anima a la esperanza, nos impulsa a vivir el amor y la justicia y nos hace fuertes en la fe. Enséñanos a beber en el pozo de la vida y muéstranos la novedad permanente del Evangelio. AMÉN.


1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico.

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar.


1 Jesús dijo también a sus discípulos: “Había un hombre rico que tenía un administrador, y le vinieron a decir que estaba malgastando sus bienes. 2 Lo mandó llamar y le dijo: “¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no continuarás en ese cargo.” 3 El administrador se dijo: “¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me despide de mi empleo? Para trabajar la tierra no tengo fuerzas, y pedir limosna me da vergüenza. 4 Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me quiten el cargo, tenga gente que me reciba en su casa.” 5 Llamó uno por uno a los que tenían deudas con su patrón, y dijo al primero: 6 “¿Cuánto debes a mi patrón?” Le contestó: “Cien barriles de aceite.” Le dijo el administrador: “Toma tu recibo, siéntate y escribe en seguida cincuenta.” 7 Después dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto le debes?” Contestó: “Cuatrocientos quintales de trigo.» Entonces le dijo: “Toma tu recibo y escribe trescientos.” 8 El patrón admiró la manera tan inteligente de actuar de ese administrador que lo estafaba. Pues es cierto que los ciudadanos de este mundo sacan más provecho de sus relaciones sociales que los hijos de la luz. 9 Por eso les digo: Utilicen el dinero sucio para hacerse amigos, para que cuando les llegue a faltar, los reciban a ustedes en las moradas eternas. 10 El que ha sido digno de confianza en cosas sin importancia, será digno de confianza también en las importantes; y el que no ha sido honrado en las cosas mínimas, tampoco será honrado en las cosas importantes. 11 Por lo tanto, si ustedes no han sido dignos de confianza en manejar el sucio dinero, ¿quién les va a confiar los bienes verdaderos? 12 Y si no se han mostrado dignos de confianza con cosas ajenas, ¿quién les confiará los bienes que son realmente nuestros? 13 Ningún siervo puede servir a dos patrones, porque necesariamente odiará a uno y amará al otro o bien será fiel a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero. Palabra del Señor 


2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO.

¿A quiénes se dirige Jesús en esta parábola? ¿Qué situación presenta?

¿Cuál es la actitud del administrador? ¿Qué es lo que se aprecia y alaba de su conducta?

¿Qué enseñanza da Jesús a partir de la parábola? ¿Qué dice al final con respecto a Dios y al dinero?


Dinero injusto 

José Antonio Pagola.

La sociedad que conoció Jesús era muy diferente a la nuestra. Solo las familias poderosas de Jerusalén y los grandes terratenientes de Tiberíades podían acumular monedas de oro y plata. Los campesinos apenas podían hacerse con alguna moneda de bronce o cobre, de escaso valor. Muchos vivían sin dinero, intercambiándose productos en un régimen de pura subsistencia.

En esta sociedad, Jesús habla del dinero con una frecuencia sorprendente. Sin tierras ni trabajo fijo, su vida itinerante de profeta dedicado a la causa de Dios le permite hablar con total libertad. Por otra parte, su amor a los pobres y su pasión por la justicia de Dios lo urgen a defender siempre a los más excluidos.

Habla del dinero con un lenguaje muy personal. Lo llama espontáneamente “dinero injusto” o “riquezas injustas”. Al parecer, no conoce “dinero limpio”. La riqueza de aquellos poderosos es injusta porque ha sido amasada de manera injusta y porque la disfrutan sin compartirla con los pobres y hambrientos.

¿Qué pueden hacer quienes poseen estas riquezas injustas? Lucas ha conservado unas palabras curiosas de Jesús. Aunque la frase puede resultar algo oscura por su concisión, su contenido no ha de caer en el olvido. “Yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas”.

Jesús viene a decir así a los ricos: “Emplead vuestra riqueza injusta en ayudar a los pobres; ganaos su amistad compartiendo con ellos vuestros bienes. Ellos serán vuestros amigos y, cuando en la hora de la muerte el dinero no os sirva ya de nada, ellos os acogerán en la casa del Padre”. Dicho con otras palabras: la mejor forma de “blanquear” el dinero injusto ante Dios es compartirlo con sus hijos más pobres.

Sus palabras no fueron bien acogidas. Lucas nos dice que “estaban oyendo estas cosas unos fariseos, amantes de las riquezas, y se burlaban de él”. No entienden el mensaje de Jesús. No les interesa oírle hablar de dinero. A ellos solo les preocupa conocer y cumplir fielmente la ley. La riqueza la consideran como un signo de que Dios bendice su vida.

Aunque venga reforzada por una larga tradición bíblica, esta visión de la riqueza como signo de bendición no es evangélica. Hay que decirlo en voz alta porque hay personas ricas que de manera casi espontánea piensan que su éxito económico y su prosperidad es el mejor signo de que Dios aprueba su vida.

Un seguidor de Jesús no puede hacer cualquier cosa con el dinero: hay un modo de ganar dinero, de gastarlo y de disfrutarlo que es injusto pues olvida a los más pobres.


3) RELACIÓN CON NUESTRAS VIDAS.


  Según su propia experiencia: ¿Por qué no se puede servir a Dios y al dinero? ¿De qué lado nos colocamos? 

¿Cómo usamos lo que tenemos en favor de la vida de los más pobres?   

4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.

  


5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

¿Cuál es el mensaje del texto para nuestras vida hoy y que podemos hacer en concreto para que haga realidad.


6) JUNTOS ORAMOS LA SIGUIENTE ORACIÓN Y REZAMOS EL PADRE NUESTRO.

Oh Dios, que en Jesús has pronunciado una palabra exigente sobre la imposibilidad de servirte a ti y servir a la vez al dinero. Queremos servir a tu Reino de Vida. Aleja de nosotros las tentaciones del poder y del dinero que corrompen el corazón y rompen la fraternidad. Ayúdanos a seguir las enseñanzas de Jesús y a trabajar por construir una sociedad según los imperativos de la ética, la justicia y el amor.    AMÉN.