27 de noviembre. I de Adviento. Mt 24, 37-44
Oración
“Jesús, que vives en María, ven a vivir en tus siervos, con el espíritu de santidad, con la plenitud de tu poder, con la perfección de tus caminos, con la realidad de tus virtudes, con la participación de tu Misterio. Triunfa de todo poder adverso, por la fuerza de tu Espíritu, para gloria del Padre. Amén.” (J.J. Olier)
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
La venida del Hijo del Hombre recordará los tiempos de Noé. 38 Unos pocos días antes del diluvio, la gente seguía comiendo y bebiendo, y se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca. 39 No se dieron cuenta de nada hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Lo mismo sucederá con la venida del Hijo del Hombre: 40 de dos hombres que estén juntos en el campo, uno será tomado, y el otro no; 41 de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada, y la otra no. 42 Por eso estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor. 43 Fíjense en esto: si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche lo va a asaltar un ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto a su casa. 44 Por eso, estén también ustedes preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos esperan.
• Leer la palabra o frase que te ha llamado la atención
• Por qué esta palabra o frase me llama la atención.
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• ¿Quién era Noé y porqué se salvó?
• ¿Por qué fueron castigados los vecinos de Noé?
• ¿Cuáles son las cosas que Dios no quiere que hagamos?
• ¿Qué debe conocer un buen cristiano para estar preparado delante de Dios?
• Hoy comenzamos el tiempo del “Adviento”. ¿Qué significa esta palabra?
CON LOS OJOS ABIERTOS
José Antonio Pagola
Las primeras comunidades cristianas vivieron años muy difíciles. Perdidos en el vasto Imperio de Roma, en medio de conflictos y persecuciones, aquellos cristianos buscaban fuerza y aliento esperando la pronta venida de Jesús y recordando sus palabras: “Vigilad. Vivid despiertos. Tened los ojos abiertos. Estad alerta.”
¿Significan todavía algo para nosotros las llamadas de Jesús a vivir despiertos?
¿Qué es hoy para los cristianos poner nuestra esperanza en Dios viviendo con los ojos abiertos?
¿Dejaremos que se agote definitivamente en nuestro mundo secular la esperanza en una última justicia de Dios para esa inmensa mayoría de víctimas inocentes que sufren sin culpa alguna?
Precisamente, la manera más fácil de falsear la esperanza cristiana es esperar de Dios nuestra salvación eterna, mientras damos la espalda al sufrimiento que hay ahora mismo en el mundo. Un día tendremos que reconocer nuestra ceguera ante Cristo Juez: ¿Cuándo te vimos hambriento o sediento, extranjero o desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te asistimos? Este será nuestro dialogo final con él si vivimos con los ojos cerrados.
Hemos de despertar y abrir bien los ojos. Vivir vigilantes para mirar más allá de nuestros pequeños intereses y preocupaciones. La esperanza del cristiano no es una actitud ciega, pues no olvida nunca a los que sufren. La espiritualidad cristiana no consiste solo en una mirada hacia el interior, pues su corazón está atento a quienes viven abandonados a su suerte.
En las comunidades cristianas hemos de cuidar cada vez más que nuestro modo de vivir la esperanza no nos lleve a la indiferencia o el olvido de los pobres. No podemos aislarnos en la religión para no oír el clamor de los que mueren diariamente de hambre. No nos está permitido alimentar nuestra ilusión de inocencia para defender nuestra tranquilidad.
Una esperanza en Dios, que se olvida de los que viven en esta tierra sin poder esperar nada, ¿no puede ser considerada como una versión religiosa de cierto optimismo a toda costa, vivido sin lucidez ni responsabilidad? Una búsqueda de la propia salvación eterna de espaldas a los que sufren, ¿no puede ser acusada de ser un sutil “egoísmo alargado hacia el más allá”?
Probablemente, la poca sensibilidad al sufrimiento inmenso que hay en el mundo es uno de los síntomas más graves del envejecimiento del cristianismo actual. Cuando el Papa Francisco reclama “una Iglesia más pobre y de los pobres”, nos está gritando su mensaje más importante a los cristianos de los países del bienestar.
3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• Cuando se habla de “venida” del Señor, ¿de qué se está hablando? ¿Qué se espera que hagamos en este tiempo?
• La “vigilancia cristiana” está referida al encuentro con el Señor. ¿En qué consiste el ejercicio de la “vigilancia cristiana”?
• Adviento se nos abre como el tiempo de la vigilancia, del estar preparados. Concretamente, ¿cómo pienso prepararme durante este tiempo para la llegada de Jesús?
• ¿En qué forma concreta me estoy preparando para el encuentro definitivo con el Dios de la vida?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
• La misión de la iglesia es la misma que la de Jesús ¿Esta semana en que voy a ser misionero?
6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Padre, quita de mi corazón todo temor por el final de mi vida, cuando me llegue la muerte. Desde niño estoy en tus manos. Ahora, nuevamente me abandono en Ti. Que no me ahoguen los temores ni ante el dolor ni ante mis pecados. Que viva con serenidad el tiempo de salvación que Tú me regalas. Amen.