30 de Julio. Domingo 16 del T.O. Mt 13, 44-52
Oracion
Ven, Espíritu Santo Creador. Sé luz para el entendimiento de la Palabra que hoy vamos a escuchar, meditar, orar y contemplar. AMÉN.
3) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
Además, el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo; el cual hallado, el hombre lo encubre, y de gozo de ello va, y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
45 También el reino de los cielos es semejante al hombre tratante, que busca buenas perlas;
46 Que hallando una preciosa perla, fué y vendió todo lo que tenía, y la compró.
47 Asimismo el reino de los cielos es semejante á la red, que echada en la mar, coge de todas suertes de peces: 48 La cual estando llena, la sacaron á la orilla; y sentados, cogieron lo bueno en vasos, y lo malo echaron fuera. 49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán á los malos de entre los justos, 50 Y los echarán en el horno del fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes. 51 Díceles Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos responden: Sí, Señor.
52 Y él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos, es semejante á un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
• Leer la palabra o frase que te ha llamado la atención
• Por qué esta palabra o frase me llama la atención.
4) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• Jesús compara el Reino de los Cielos con un tesoro escondido en un campo: ¿Qué consecuencias tiene en la vida de una persona que lo encuentra?
• Jesús compara el Reino de los Cielos con la actividad de un comerciante que buscaba perlas finas: ¿Qué hace al encontrar una?
• Jesús compara el Reino de los Cielos con una red: ¿Qué clase de peces recoge? ¿Qué pasa con los peces que no sirven?
• ¿Con quién compara Jesús un maestro de la ley que se hace discípulo del Reino de los Cielos? ¿Qué saca de sus reservas? ¿Qué significaría "lo nuevo" y "lo antiguo"?
LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE
José Antonio Pagola
El evangelio recoge dos breves parábolas de Jesús con un mismo mensaje. En ambos relatos, el protagonista descubre un tesoro enormemente valioso o una perla de valor incalculable. Y los dos reaccionan del mismo modo: venden con alegría y decisión lo que tienen, y se hacen con el tesoro o la perla. Según Jesús, así reaccionan los que descubren el reino de Dios.
Al parecer, Jesús teme que la gente le siga por intereses diversos, sin descubrir lo más atractivo e importante: ese proyecto apasionante del Padre, que consiste en conducir a la humanidad hacia un mundo más justo, fraterno y dichoso, encaminándolo así hacia su salvación definitiva en Dios.
¿Qué podemos decir hoy después de veinte siglos de cristianismo? ¿Por qué tantos cristianos buenos viven encerrados en su práctica religiosa con la sensación de no haber descubierto en ella ningún “tesoro”? ¿Dónde está la raíz última de esa falta de entusiasmo y alegría en no pocos ámbitos de nuestra Iglesia, incapaz de atraer hacia el núcleo del Evangelio a tantos hombres y mujeres que se van alejando de ella, sin renunciar por eso a Dios ni a Jesús?
Después del Concilio, Pablo VI hizo esta afirmación rotunda: ”Solo el reino de Dios es absoluto. Todo lo demás es relativo”. Años más tarde, Juan Pablo II lo reafirmó diciendo: “La Iglesia no es ella su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento”. El Papa Francisco nos viene repitiendo: “El proyecto de Jesús es instaurar el reino de Dios”.
Si ésta es la fe de la Iglesia, ¿por qué hay cristianos que ni siquiera han oído hablar de ese proyecto que Jesús llamaba “reino de Dios”? ¿Por qué no saben que la pasión que animó toda la vida de Jesús, la razón de ser y el objetivo de toda su actuación, fue anunciar y promover ese proyecto humanizador del Padre: buscar el reino de Dios y su justicia?
La Iglesia no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano, que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio.
El Papa Francisco nos está diciendo que “el reino de Dios nos reclama”. Este grito nos llega desde el corazón mismo del Evangelio. Lo hemos de escuchar. Seguramente, la decisión más importante que hemos de tomar hoy en la Iglesia y en nuestras comunidades cristianas es la de recuperar el proyecto del reino de Dios con alegría y entusiasmo.
3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• ¿Hemos descubierto el Reino de Dios como lo que da sentido a nuestra vida, como el tesoro por el que merece la pena darlo todo a cambio?
• ¿Cómo estamos comunicando la buena noticia del Reino de Dios como el mejor tesoro a quienes parecen no tener otro reino que sus propios proyectos, intereses y egoísmos?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD
• ¿Qué puedo hacer para brindar esperanza a mis conocidos esta semana?
6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Dios, Padre Bueno, concédenos sabiduría para descubrir el significado y la importancia del Reino que tu Hijo anunció e inauguró entre nosotros; que lo acojamos en nuestra existencia como el tesoro más precioso, y que dediquemos toda nuestra vida a construirlo.