sábado, 4 de noviembre de 2023

Kerigma de Noviembre

 5 de Noviembre. Domingo 31  del T.O. Mt 23, 1-12

Oración

Señor Jesús, envíanos tu Espíritu para que podamos leer tu Palabra libres de prejuicios, para que podamos meditar tu anuncio en su integridad, para que podamos orar para crecer en la comunión contigo y con todas las personas. Para que podamos, finalmente, obrar, contemplando la realidad en la que vivimos cada día, con tus mismos sentimientos y tú misma misericordia. AMÉN. 

 

1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar


 Entonces Jesús habló tanto para el pueblo como para sus discípulos: 2 «Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés. 3 Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no practican.  4 Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas.  5 Todo lo hacen para ser vistos por los hombres. Miren esas largas citas de la Ley que llevan en la frente y los largos flecos de su manto. 6 Les gusta ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos reservados en las sinagogas. 7 Les agrada que los saluden en las plazas y que la gente los llame Maestro.

8 Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. 9 No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo. 10 Tampoco se dejen ustedes llamar Guía, porque ustedes no tienen más Guía que Cristo.  11 El más grande entre ustedes se hará el servidor de todos.  12 Porque el que se pone por encima, será humillado, y el que se rebaja, será puesto en alto.

 

Leer la palabra o frase   que te  ha llamado la atención

Por qué esta palabra o frase me llama la atención.


2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO

¿A quiénes están dirigidas las palabras de Jesús?

¿Qué advertencia da Jesús a sus discípulos y a la gente?

¿Por qué Jesús cuestiona  y critica a los líderes religiosos de Israel?  ¿Cuál es el error             básico en su conducta?

En contraste con las autoridades judías: ¿Cómo deben  ser la conducta y actitudes de            los seguidores de  Jesús y la comunidad cristiana?


 EN ACTITUD DE CONVERSIÓN

José Antonio Pagola

 

Jesús habla con indignación profética. Su discurso dirigido a la gente y a sus discípulos es una dura crítica a los dirigentes religiosos de Israel. Mateo lo recoge hacia los años ochenta para que los dirigentes de la Iglesia cristiana no caigan en conductas parecidas.

 ¿Podremos recordar hoy las recriminaciones de Jesús con paz, en actitud de conversión, sin ánimo alguno de polémicas estériles? Sus palabras son una invitación para que obispos, presbíteros y cuantos tenemos alguna responsabilidad eclesial hagamos una revisión de nuestra actuación.

 «No hacen lo que dicen». Nuestro mayor pecado es la incoherencia. No vivimos lo que predicamos. Tenemos poder pero nos falta autoridad. Nuestra conducta nos desacredita. Nuestro ejemplo de vida más evangélica cambiaría el clima en muchas comunidades cristianas.

 «Cargan fardos pesados sobre los hombros de la gente... pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar». Es cierto. Con frecuencia, somos exigentes y severos con los demás, comprensivos e indulgentes con nosotros. Agobiamos a la gente sencilla con nuestras exigencias pero no les facilitamos la acogida del evangelio. No somos como Jesús que se preocupaba de hacer ligera su carga pues era sencillo y humilde de corazón.

 «Todo lo que hacen es para que los vea la gente». No podemos negar que es muy fácil vivir pendientes de nuestra imagen, buscando casi siempre "quedar bien" ante los demás. No vivimos ante ese Dios que ve en lo secreto. Estamos más atentos a nuestro prestigio personal.

 «Les gustan los primeros puestos y los asientos de honor... y que les hagan reverencias por la calle». Nos da vergüenza confesarlo, pero nos gusta. Buscamos ser tratados de manera especial, no como un hermano más. ¿Hay algo más ridículo que un testigo de Jesús buscando ser distinguido y reverenciado por la comunidad cristiana?

 «No os dejéis llamar maestros... ni guías... porque uno solo es vuestro Maestro y vuestro Guía: Cristo». El mandato evangélico no puede ser más claro: renunciad a los títulos para no hacer sombra a Cristo; orientad la atención de los creyentes sólo hacia él. ¿Por qué la Iglesia no hace nada por suprimir tantos títulos, prerrogativas, honores y dignidades para mostrar mejor el rostro humilde y cercano de Jesús?

 «No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra porque uno solo es vuestro Padre del cielo». Para Jesús el título de Padre es tan único, profundo y entrañable que no ha de ser utilizado por nadie en la comunidad cristiana. ¿Por qué lo permitimos?

  

3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA

¿Mereceríamos que se dijera de nosotros lo que Jesús dice de aquellos conciudadanos suyos: "Hagan ustedes lo que ellos dicen, pero no lo que hacen"?

¿Qué pasos podemos dar personalmente y como grupo para llegar a ser una Iglesia y una comunidad de hermanos y de "servidores?


4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.

 


5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

  ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?


6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.

Gracias, Señor por ponernos en guardia de un comportamiento hipócrita. Sí, nosotros también estamos entre personas que "dicen y no hacen"; tu Palabra nos cuestiona. La búsqueda de signos exteriores, de alabanzas, de títulos y honores turba los pensamientos y debilita la fraternidad. Ayúdanos a ser puros de corazón para que podamos construir una comunidad según tus sentimientos y con tu misma compasión.     AMÉN.