sábado, 24 de agosto de 2024

Kerigma de agosto del 2024

 25 de Agosto. Domingo  21   del Tiempo Ordinario.       Jn 6, 60-69

Oración

Señor Jesús, aquí están nuestros oídos, nuestros corazones, nuestra memoria, nuestra inteligencia. Aquí estamos ante ti. Haz que seamos  oyentes fieles, sinceros, fuertes.   Te rogamos que envíes tu Espíritu Santo, que sea como agua viva que riega todo nuestro campo para que dé fruto, el 30, el 60 o el 100 por uno. AMÉN.

 

1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar


 Al escucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: «¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?» 61 Jesús se dio cuenta de que sus discípulos criticaban su discurso y les dijo: «¿Les desconcierta lo que he dicho? 62 ¿Qué será, entonces, cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes?  63 El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida.  64 Pero hay entre ustedes algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién lo iba a entregar. 65 Y agregó: «Como he dicho antes, nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.» 66 A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirle.  67 Jesús preguntó a los Doce: «¿Quieren marcharse también ustedes?»  68 Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Nosotros creemos y           sabemos que tú eres el Santo de Dios.»

 

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Por qué esta palabra o frase me llama la atención.


2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO


  ¿Cómo reaccionan ahora muchos de los discípulos antes las enseñanzas de Jesús?  

¿Cuál es la respuesta de Jesús?

¿Qué hicieron muchos de los discípulos después de escuchar las palabras de Jesús?

¿Qué pregunta Jesús luego a los Doce apóstoles? ¿Qué responde Pedro?

 

PREGUNTA DECISIVA

José Antonio Pagola


El evangelio de Juan ha conservado el recuerdo de una fuerte crisis entre los seguidores de Jesús. No tenemos apenas datos. Solo se nos dice que a los discípulos les resulta duro su modo de hablar. Probablemente les parece excesiva la adhesión que reclama de ellos. En un determinado momento, "muchos discípulos se retiraron y ya no iban con él”.

 Por primera vez experimenta Jesús que sus palabras no tienen la fuerza deseada. Sin embargo, no las retira sino que se reafirma más: "Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida, pero algunos de vosotros no creen". Sus palabras parecen duras, pero transmiten vida, hacen vivir, pues contienen Espíritu de Dios.

 Jesús no pierde la paz. No le inquieta el fracaso. Dirigiéndose a los Doce les hace la pregunta decisiva: "¿También vosotros queréis marcharos?". No los quiere retener por la fuerza. Les deja la libertad de decidir. Sus discípulos no han de ser siervos sino amigos. Si quieren puede volver a sus casas.

 Una vez más Pedro responde en nombre de todos. Su respuesta es ejemplar. Sincera, humilde, sensata, propia de un discípulo que conoce a Jesús lo suficiente como para no abandonarlo. Su actitud puede todavía hoy ayudar a quienes con fe vacilante se plantean prescindir de toda fe.

 "Señor, ¿a quién iríamos?". No tiene sentido abandonar a Jesús de cualquier manera, sin haber encontrado un maestro mejor y más convincente: Si no siguen a Jesús se quedarán sin saber a quién seguir. No se han de precipitar. No es bueno quedarse sin luz ni guía en la vida.

 Pedro es realista. ¿Es bueno abandonar a Jesús sin haber encontrado una esperanza más convincente y atractiva? ¿Basta sustituirlo por un estilo de vida rebajada, sin apenas metas ni horizonte? ¿Es mejor vivir sin preguntas, planteamientos ni búsqueda de ninguna clase?

 Hay algo que Pedro no olvida: "Tús palabras dan vida eterna". Siente que las palabras de Jesús no son palabras vacías ni engañosas. Junto a él han descubierto la vida de otra manera. Su mensaje les ha abierto a la vida eterna. ¿Dónde podrían encontrar una noticia mejor de Dios?

 Pedro recuerda, por último, la experiencia fundamental. Al convivir con Jesús han descubierto que viene del misterio de Dios. Desde lejos, a distancia, desde la indiferencia o el desinterés no se puede reconocer el misterio que se encierra en Jesús. Los Doce lo han tratado de cerca. Por eso pueden decir: "Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios". Seguirán junto a Jesús.

 

3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA


¿Cuáles son las cosas que nos hacen echarnos atrás en el camino de seguimiento del Señor?

¿Qué palabras de Jesús son duras para nosotros? 


4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.


 



5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?


6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.  

Señor, tú tienes palabras de vida. Enséñanos a seguirte. Haz crecer en nosotros  la semilla de la fe, la confianza y la entrega. Queremos servir a tu Reino, porque Tú eres el Señor de la Vida. Señor, tus palabras nos dan vida y nos llegan al corazón. Creer en ti y vivir como enseñas a veces nos pone en crisis. Por esto, danos fuerzas para seguirte y decir como Pedro, «Señor, ¿a quién iremos?, sólo tú tienes palabras de vida eterna».  AMÉN.