27 de Octubre. Domingo 30 del Tiempo Ordinario. Mc 10, 46-52
Oración
Señor de la Vida, tu Palabra es la fuente viva. Envía tu Espíritu Santo para acercarnos a ella y comprenderla. Danos también la gracia, la voluntad y el valor necesario para vivirla en nuestras vidas. AMÉN.
1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.
• Una persona proclama con solemnidad el texto Bíblico
• Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar
Llegaron a Jericó. Al salir Jesús de allí con sus discípulos y con bastante más gente, un ciego que pedía limosna se encontraba a la orilla del camino. Se llamaba Bartimeo (hijo de Timeo). 47 Al enterarse de que era Jesús de Nazaret el que pasaba, empezó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» 48 Muchas personas trataban de hacerlo callar. Pero él gritaba con más fuerza: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» 49 Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo.» Llamaron, pues, al ciego diciéndole: «Vamos, levántate, que te está llamando.» 50 Y él, arrojando su manto, se puso en pie de un salto y se acercó a Jesús. 51 Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego respondió: «Maestro, que vea.» 52 Entonces Jesús le dijo: «Puedes irte, tu fe te ha salvado.» Y al instante pudo ver y siguió a Jesús por el camino.
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• Por qué esta palabra o frase me llama la atención.
2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO
• ¿Dónde estaba Jesús? ¿Quiénes lo acompañaban?
• ¿Quién se encontraba a orilla del camino?
• ¿Qué hace y qué dice al oír que Jesús está ahí?
• ¿Qué hace Bartimeo después que Jesús lo sana?
CON OJOS NUEVOS
José Antonio Pagola
La curación del ciego Bartimeo está narrada por Marcos para urgir a las comunidades cristianas a salir de su ceguera y mediocridad. Solo así seguirán a Jesús por el camino del Evangelio. El relato es de una sorprendente actualidad para la Iglesia de nuestros días.
Bartimeo es "un mendigo ciego sentado al borde del camino". En su vida siempre es de noche. Ha oído hablar de Jesús, pero no conoce su rostro. No puede seguirlo. Está junto al camino por el que marcha Jesús, pero está fuera. ¿No es esta nuestra situación? ¿Cristianos ciegos, sentados junto al camino, incapaces de seguir a Jesús?
Entre nosotros es de noche. Desconocemos a Jesús. Nos falta luz para seguir su camino. Ignoramos hacia dónde se encamina la Iglesia. No sabemos siquiera qué futuro queremos para ella. Instalados en una religión que no logra convertirnos en seguidores de Jesús, vivimos junto al Evangelio, pero fuera. ¿Qué podemos hacer?
A pesar de su ceguera, Bartimeo capta que Jesús está pasando cerca de él. No duda un instante. Algo le dice que en Jesús está su salvación: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!". Este grito repetido con fe va a desencadenar su curación.
Hoy se oyen en la Iglesia quejas y lamentos, críticas, protestas y mutuas descalificaciones. No se escucha la oración humilde y confiada del ciego. Se nos ha olvidado que solo Jesús puede salvar a esta Iglesia. No percibimos su presencia cercana. Solo creemos en nosotros.
El ciego no ve, pero sabe escuchar la voz de Jesús que le llega a través de sus enviados: "¡Ánimo, levántate, que te llama!". Este es el clima que necesitamos crear en la Iglesia. Animarnos mutuamente a reaccionar. No seguir instalados en una religión convencional. Volver a Jesús que nos está llamando. Este es el primer objetivo pastoral.
El ciego reacciona de forma admirable: suelta el manto que le impide levantarse, da un salto en medio de su oscuridad y se acerca a Jesús. De su corazón solo brota una petición: "Maestro, que recobre la vista". Si sus ojos se abren, todo cambiará. El relato concluye diciendo que el ciego recobró la vista y "le seguía por el camino".
Esta es la curación que necesitamos hoy los cristianos. El salto cualitativo que puede cambiar a la Iglesia. Si cambia nuestro modo de mirar a Jesús, si leemos su Evangelio con ojos nuevos, si captamos la originalidad de su mensaje y nos apasionamos con su proyecto de un mundo más humano, la fuerza de Jesús nos arrastrará. Nuestras comunidades conocerán la alegría de vivir siguiéndolo de cerca.
3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA
• ¿Quiénes gritan hoy buscando compasión y respuestas a sus sufrimientos?
• En nuestra comunidad: ¿Escuchamos y respondemos a las llamadas de los que sufren hoy?
4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.
Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.
Dios de amor, en Jesús te has manifestado como la Luz que nos permite ver con claridad. Danos tú mirada Señor para descubrir lo bueno de las personas, y no solo sus cosas negativas. Que contemplemos al mundo con ojos de esperanza, y nos animemos a hacer todo de nuestra parte para construir tú Reino. Danos tú mirada, Señor y una fe fuerte para seguir tu camino. AMÉN.