sábado, 21 de octubre de 2023

Kerigma de Octubre

 22 de Octubre. Domingo 29  del T.O. Mt 22, 15-21

Oracion

Espíritu de verdad, enviado por Jesús para conducirnos a la verdad, abre nuestra mente a la inteligencia de las Escrituras. Purifica nuestros corazones de todo lo que opone resistencia a la Palabra. Haz que aprendamos a escuchar con corazón abierto la Palabra que Dios  nos envía en la vida y en la Escritura, para custodiarla y producir frutos del Reino con nuestra perseverancia. AMÉN

  

1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar


 Los fariseos se movieron para ver juntos el modo de atrapar a Jesús en sus propias palabras. 16 Le enviaron, pues, discípulos suyos junto con algunos partidarios de Herodes a decirle: «Maestro, sabemos que eres honrado y que enseñas con sinceridad el camino de Dios. No te preocupas por quién te escucha, ni te dejas influenciar por nadie. 17 Danos, pues, tu parecer: ¿Está contra la Ley pagar el impuesto al César? ¿Debemos pagarlo o no?» 18 Jesús se dio cuenta de sus malas intenciones y les contestó: «¡Hipócritas! ¿Por qué me ponen trampas? 19 Muéstrenme la moneda que se les cobra.» Y ellos le mostraron un denario. 20 Entonces Jesús preguntó: «¿De quién es esta cara y el nombre que lleva escrito?» Contestaron: «Del César.»  21 Jesús les replicó: «Devuelvan, pues, al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios.»



Leer la palabra o frase   que te  ha llamado la atención

Por qué esta palabra o frase me llama la atención.


2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO


¿Qué personajes intervienen en la parábola?  ¿Cómo son sus actitudes?

¿Con qué intención mandan los fariseos a sus discípulos con los partidarios de Herodes a ver a Jesús? ¿Qué le dicen? ¿Qué respuesta esperaban?

¿Cómo les responde Jesús?

¿Cómo quedaron al escuchar la  respuesta de Jesús? ¿Por qué los desconcierta? 

¿Qué hacen al  final?


LOS POBRES SON DE DIOS

José Antonio Pagola

A espaldas de Jesús, los fariseos llegan a un acuerdo para prepararle una trampa decisiva. No vienen ellos mismos a encontrarse con él. Les envían a unos discípulos acompañados por unos partidarios de Herodes Antipas. Tal vez, no faltan entre estos algunos poderosos recaudadores de los tributos para Roma.

La trampa está bien pensada: “¿Es lícito pagar impuestos al César o no?”. Si responde negativamente, le podrán acusar de rebelión contra Roma. Si legitima el pago de tributos, quedará desprestigiado ante aquellos pobres campesinos que viven oprimidos por los impuestos, y a los que él ama y defiende con todas sus fuerzas.

La respuesta de Jesús ha sido resumida de manera lapidaria a lo largo de los siglos en estos términos: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Pocas palabras de Jesús habrán sido citadas tanto como éstas. Y ninguna, tal vez, más distorsionada y manipulada desde intereses muy ajenos al Profeta, defensor de los pobres.

Jesús no está pensando en Dios y en el César de Roma como dos poderes que pueden exigir cada uno de ellos, en su propio campo, sus derechos a sus súbditos. Como todo judío fiel, Jesús sabe que a Dios “le pertenece la tierra y todo lo que contiene, el orbe y todos sus habitantes” (salmo 24). ¿Qué puede ser del César que no sea de Dios? Acaso los súbditos del emperador, ¿no son hijos e hijas de Dios?

Jesús no se detiene en las diferentes posiciones que enfrentan en aquella sociedad a herodianos, saduceos o fariseos sobre los tributos a Roma y su significado: si llevan “la moneda del impuesto” en sus bolsas, que cumplan sus obligaciones. Pero él no vive al servicio del Imperio de Roma, sino abriendo caminos al reino de Dios y su justicia.

 Por eso, les recuerda algo que nadie le ha preguntado: “Dad a Dios lo que es de Dios”. Es decir, no deis a ningún César lo que solo es de Dios: la vida de sus hijos e hijas. Como ha repetido tantas veces a sus seguidores, los pobres son de Dios, los pequeños son sus predilectos, el reino de Dios les pertenece. Nadie ha de abusar de ellos.

 No se ha de sacrificar la vida, la dignidad o la felicidad de las personas a ningún poder. Y, sin duda, ningún poder sacrifica hoy más vidas y causa más sufrimiento, hambre y destrucción que esa “dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano” que, según el papa Francisco, han logrado imponer los poderosos de la Tierra. No podemos permanecer pasivos e indiferentes acallando la voz de nuestra conciencia en la práctica religiosa.

 

3. RELACIÓN CON NUESTRA VIDA

¿Somos de Dios? ¿Mostramos su imagen en nuestras vidas?  

¿Qué pertenece al "César", y qué es lo que pertenece a Dios?


4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.

 




5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

¿En esta semana en que    cosas concretas vamos a vivir las     actitudes que Jesús pide en este pasaje?


Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.

Oh Dios, Padre Bueno: ayúdanos a no olvidar nunca que eres el Señor de la Historia, el Señor de la Creación, el Señor de la Vida. Tú nos animas para construir el Reino.  Danos fuerza para entregarnos a ti de todo corazón y a servirte con fidelidad en el prójimo, de modo que vivamos como verdadero pueblo tuyo y como hermanos y hermanas de todas las personas.  Amén.