sábado, 15 de junio de 2024

Kerigma de junio del 2024

 16 de Junio. Domingo  11  del Tiempo Ordinario.       Mc 4, 26-34


Oración

Señor, que nos has sembrado como semillas del reino en el bautismo, te pedimos que nos des fuerzas suficientes para poder fructificar y dar frutos abundantes. Te pedimos que nos envíes el don del Espíritu Santo, que nos ayude a entender tu Palabra, y que esta nos ayude a la propagación de tu Reino entre las personas, principalmente en las personas más alejadas, todo esto te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

                                                                                                                                                

1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar


Jesús dijo además: «Escuchen esta comparación del Reino de Dios. Un hombre esparce la semilla en la tierra,  27 y ya duerma o esté despierto, sea de noche o de día, la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo. 28 La tierra da fruto por sí misma: primero la hierba, luego la espiga, y por último la espiga se llena de granos.  29 Y cuando el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.» 30 Jesús les dijo también: «¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué comparación lo podríamos expresar? 31 Es semejante a una semilla de mostaza; al sembrarla, es la más pequeña de todas las semillas que se echan en la tierra,  32 pero una vez sembrada, crece y se hace más grande que todas las plantas del huerto y sus ramas se hacen tan grandes que los pájaros del cielo buscan refugio bajo su sombra.» 33 Jesús usaba muchas parábolas como éstas para anunciar la Palabra, adaptándose a la capacidad de la gente. 34 No les decía nada sin usar parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

 

Leer la palabra o frase   que te  ha llamado la atención

Por qué esta palabra o frase me llama la atención.


2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO

¿¿Qué sucede con la semilla cuando se siembra? 

¿Qué sucede cuando llega el tiempo de la cosecha? 

¿Cómo les hablada Jesús a la multitud?


 

Con humildad y con confianza

José Antonio Pagola


A Jesús le preocupaba mucho que sus seguidores terminaran un día desalentados al ver que sus esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no obtenían el éxito esperado. ¿Olvidarían el reino de Dios? ¿Mantendrían su confianza en el Padre? Lo más importante es que no olviden nunca cómo han de trabajar.

Con ejemplos tomados de la experiencia de los campesinos de Galilea, les anima a trabajar siempre con realismo, con paciencia y con una confianza grande. No es posible abrir caminos al Reino de Dios de cualquier manera. Se tienen que fijar en cómo trabaja él.

Lo primero que han de saber es que su tarea es sembrar, no cosechar. No vivirán pendientes de los resultados. No les han de preocupar la eficacia ni el éxito inmediato. Su atención se centrará en sembrar bien el Evangelio. Los colaboradores de Jesús han de ser sembradores. Nada más.

Después de siglos de expansión religiosa y gran poder social, los cristianos hemos de recuperar en la Iglesia el gesto humilde del sembrador. Olvidar la lógica del cosechador que sale siempre a recoger frutos y entrar en la lógica paciente del que siembra un futuro mejor.

Los comienzos de toda siembra siempre son humildes. Más todavía si se trata de sembrar el Proyecto de Dios en el ser humano. La fuerza del Evangelio no es nunca algo espectacular o clamoroso. Según Jesús, es como sembrar algo tan pequeño e insignificante como «un grano de mostaza» que germina secretamente en el corazón de las personas.

Por eso, el Evangelio solo se puede sembrar con fe. Es lo que Jesús quiere hacerles ver con sus pequeñas parábolas. El Proyecto de Dios de hacer un mundo más humano lleva dentro una fuerza salvadora y transformadora que ya no depende del sembrador. Cuando la Buena Noticia de ese Dios penetra en una persona o en un grupo humano, allí comienza a crecer algo que a nosotros nos desborda.

En la Iglesia no sabemos en estos momentos cómo actuar en esta situación nueva e inédita, en medio de una sociedad cada vez más indiferente a dogmas religiosos y códigos morales. Nadie tiene la receta. Nadie sabe exactamente lo que hay que hacer. Lo que necesitamos es buscar caminos nuevos con la humildad y la confianza de Jesús.

Tarde o temprano, los cristianos sentiremos la necesidad de volver a lo esencial. Descubriremos que solo la fuerza de Jesús puede regenerar la fe en la sociedad descristianizada de nuestros días. Entonces aprenderemos a sembrar con humildad el Evangelio como inicio de una fe renovada, no transmitida por nuestros esfuerzos pastorales, sino engendrada por él.

 

3. RELACIÓN CON NUESTRA VIDA

¿Soy capaz de entender el mensaje de Jesús?  

¿Soy responsable de la propagación del reino en las comunidades? 

¿Sabemos acompañar con cariño y paciencia el crecimiento de nuestras comunidades?   

4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.

 




5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.

Gracias Señor, por habernos llamados al servicio del Reino, por hacernos miembros de la Iglesia, por hacernos miembros de nuestras comunidades con nuestros hermanos. Por todos los regalos que nos haces, como el amor de nuestras familias, por las relaciones con nuestros hermanos. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor. Perdón Señor, por no haber sido responsables por el llamado que nos has hecho. Por no saber comunicar tu Palabra a mis hermanos. Por no ser coherente con lo que digo y hago. Por eso te pedimos perdón.