sábado, 12 de octubre de 2024

kerigma de octubre del 2024

 13 de Octubre.  Domingo  28  del Tiempo Ordinario.    Mc 10, 17-30

Oración

Danos tu Espíritu Santo, Padre, para que podamos acoger a tu Hijo que pasa por nuestra historia y así reconocerlo, como él que ofrece la vida por la humanidad. Danos una visión límpida, un corazón pronto para escuchar, danos el estar siempre preparados(as) para colaborar en la construcción de tu Reino.   AMÉN.

                                                                

 PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

·         Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico


·         Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar


17 Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?» 18 Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. Referencias versículo 1919 Ya conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.» 20 El hombre le contestó: «Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven.» 21 Jesús fijó su mirada en él, le tomó cariño y le dijo: «Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.» 22 Al oír esto se desanimó totalmente, pues era un hombre muy rico, y se fue triste. Más fácilmente pasará un camello... 23 Entonces Jesús paseó su mirada sobre sus discípulos y les dijo: «¡Qué difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas!» 24 Los discípulos se sorprendieron al oír estas palabras, pero Jesús insistió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! 25 Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios.» 26 Ellos se asombraron todavía más y comentaban: Entonces, ¿quién podrá salvarse?» 27 Jesús los miró fijamente y les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.» 28 Entonces Pedro le dijo: «Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.» 29 Y Jesús contestó: «En verdad les digo: Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. 30 Pues, aun con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos y campos, y en el mundo venidero la vida eterna. 

PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO

 ·         ¿Qué pregunta el hombre que se acerca a Jesús?

·         ¿Qué le dice Jesús y cómo responde él?

·         Al mirarlo con amor: ¿Qué le dice Jesús que falta para seguirlo?  

·         ¿Qué le comenta después Jesús a sus discípulos?

·         ¿Qué palabras alentadoras   da Jesús a las personas dispuestas a hacer los sacrificios necesarios para ser su seguidor? 

CON JESÚS EN MEDIO DE LA CRISIS


José Antonio Pagola

Antes de que se ponga en camino, un desconocido se acerca a Jesús corriendo. Al parecer tiene prisa para resolver su problema: «¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?». No le preocupan los problemas de esta vida. Es rico. Todo lo tienen resuelto.

Jesús lo pone ante la Ley de Moisés. Curiosamente, no le recuerda los diez mandamientos, sino solo los que prohíben actuar contra el prójimo. El joven es un hombre bueno, observante fiel de la religión judía: «Todo eso lo he cumplido desde joven».

Jesús se le queda mirando con cariño. Es admirable la vida de una persona que no ha hecho daño a nadie. Jesús lo quiere atraer ahora para que colabore con él en su proyecto de hacer un mundo más humano, y le hace una propuesta sorprendente: «Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, dale el dinero a los pobres… y luego ven y sígueme».

El rico posee muchas cosas, pero le falta lo único que permite seguir a Jesús de verdad. Es bueno, pero vive apegado a su dinero. Jesús le pide que renuncie a su riqueza y la ponga al servicio de los pobres. Solo compartiendo lo suyo con los necesitados podrá seguir a Jesús colaborando en su proyecto.

El hombre se siente incapaz. Necesita bienestar. No tiene fuerzas para vivir sin su riqueza. Su dinero está por encima de todo. Renuncia a seguir a Jesús. Había venido corriendo entusiasmado hacia él. Ahora se aleja triste. No conocerá nunca la alegría de colaborar con Jesús.

La crisis económica nos está invitando a los seguidores de Jesús a dar pasos hacia una vida más sobria, para compartir con los necesitados lo que tenemos y sencillamente no necesitamos para vivir con dignidad. Hemos de hacernos preguntas muy concretas si queremos seguir a Jesús en estos momentos.

Lo primero es revisar nuestra relación con el dinero: ¿qué hacer con nuestro dinero? ¿Para qué ahorrar? ¿En qué invertir? ¿Con quiénes compartir lo que no necesitamos? Luego revisar nuestro consumo para hacerlo más responsable y menos compulsivo y superfluo: ¿qué compramos? ¿Dónde compramos? ¿Para qué compramos? ¿A quiénes podemos ayudar a comprar lo que necesitan?

Son preguntas que hemos de hacernos en el fondo de nuestra conciencia y también en nuestras familias, comunidades cristianas e instituciones de Iglesia. No haremos gestos heroicos, pero, si damos pequeños pasos en esta dirección, conoceremos la alegría de seguir a Jesús contribuyendo a hacer la crisis de algunos un poco más humana y llevadera. Si no es así, nos sentiremos buenos cristianos, pero a nuestra religión le faltará alegría.


 RELACIÓN CON NUESTRA VIDA


          ¿Qué nos falta dejar o renunciar hoy para ser seguidores de Jesús?


·         ¿Cómo compartimos y de qué manera somos, o nos falta ser, solidarios?


 OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.




    

Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.

Señor, ayúdanos a seguir tus pasos y caminar según tu Espíritu. Sabemos que hay que dejar y renunciar mucho para que tú Reino ocupe el centro de nuestra vida y nuestra historia. Señor, que aprendamos a compartir y ser solidarios. Haz que desprendiéndonos de todo aquello que nos ata, podamos hacer que nuestro testimonio brille con más claridad para la vida del mundo.