sábado, 29 de marzo de 2025

Kerigma de marzo del 2025

 30 de marzo.  Domingo IV de Cuaresma  Lc  15, 1-3.11-32.  

Oración

Señor, no merezco tu misericordia porque no he sabido corresponder. La tentación y mi debilidad me llevan a actuar como los hijos de esta parábola. Sé, creo y confío en que Tú estás aguardando este momento de oración para obsequiarme tu gracia, permite que sepa acogerla y aprovecharla para poder crecer en el amor.  

 

1) PARA PERMANECER EN EL TEXTO.

Una persona  proclama con solemnidad el texto Bíblico

Cada persona lee en silencio el texto bíblico para profundizar

 1 Los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharle. 2 Por esto los fariseos y los maestros de la Ley lo criticaban entre sí: «Este hombre da buena acogida a los pecadores y come con ellos.»  3 Entonces Jesús les dijo esta parábola: Jesús continuó: «Había un hombre que tenía dos hijos. 12 El menor dijo a su padre: “Dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y el padre repartió sus bienes entre los dos. 13 El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada. 14 Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. 15Fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un habitante del lugar, que lo envió a su campo a cuidar cerdos. 16 Hubiera deseado llenarse el estómago con las bellotas que daban a los cerdos, pero nadie se las daba. 17 Finalmente recapacitó y se dijo: “¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre!  18 Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: Padre, he pe cado contra Dios y contra ti. 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus asalariados.”  20 Se levantó, pues, y se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó. 21 Entonces el hijo le habló: «Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.»  22 Pero el padre dijo a sus servidores: «¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. 23 Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta,  24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.» Y comenzaron la fiesta. 25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la orquesta y el baile. 26 Llamó a uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello. 27 El le respondió: «Tu hermano ha regresado a casa, y tu padre mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo.» 28 El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. 29 Pero él le contestó: «Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.30 Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo.» 31 El padre le dijo: «Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. 32 Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.»

  

Leer la palabra o frase me que te  ha llamado la atención

Por qué esta palabra o frase me llama la atención.


2) PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO

¿Quiénes y para que se acercaban a Jesús?

¿Por qué el hijo menor se fue de la casa, y por qué volvió después?

¿Por qué el hijo mayor no quiso participar en la fiesta?

¿Cuál es la actitud del padre con cada uno de ellos?

Esta parábola del “hijo pródigo”, ilumina este rostro del Dios Padre misericordioso. Por esto, algunos se refieren a esta narración como “la parábola del Padre amoroso en la misericordia y el perdón”. El pasaje evangélico forma parte de una cadena de tres parábolas sobre la misericordia, con un preámbulo que nos hace contemplar a ”todos los publicanos y pecadores” que se acercan a Jesús para escucharlo (Lc 15,1). Éstos se reflejan en el hijo menor, que entra dentro de sí y comienza a reflexionar sobre su condición y sobre lo que ha perdido yéndose fuera de la casa de su padre (Lc 15,17-20). Es interesante tener en cuenta el verbo “escuchar”, que nos lleva a la escena de María la hermana de Marta, “ la cual, sentada a los pies de Jesús, escuchaba su palabra” (Lc 10, 39); o también a aquella otra de la gente” que habían venido para escucharle y ser curada de sus enfermedades” (Lc 6,18). Jesús reconoce a sus parientes, no por el lazo de la sangre, sino por este comportamiento. María, la Madre de Jesús, ha sido alabada por este comportamiento de escucha contemplativa, ella que “guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón” (Lc 2, 19,51). Isabel la proclama dichosa porque “ha creído que se cumplirá lo que se le ha dicho de de parte del Señor” (Lc 1,45), revelado en la escena de la anunciación (Lc 1, 26.38).

3) RELACIÓN CON NUESTRA VIDA

¿Cuándo nos hemos parecido al hijo menor?

¿Cuándo nos hemos parecido al hijo mayor?

¿Cuándo nos parecemos al Padre de la parábola? 


4) OBSERVA EL DIBUJO CON ATENCIÓN Y MEDITA.

 





5) PARA COMPROMETERNOS CON LA REALIDAD

¿Cómo puedo mostrar a los demás que Dios es una madre - padre misericordioso? 


6) Juntos oramos la siguiente oración y rezamos el Padre Nuestro.

Gracias, Señor, por esta oración, por este día en que deseo ardientemente contemplar y apreciar tu misericordia para dejarme transformar por tu amor, imitando la docilidad de san José quién siempre supo escuchar y cumplir tu voluntad. Permite que sepa aprovechar este día para «volver» y rectificar el mal que he podido hacer.